Los embutidos son una de las formas de conservar y consumir la carne con más arraigo y tradición.
Existen muchos tipos de embutidos, que pueden ser curados como el chorizo, la salchicha o cocidos como la longaniza, la androlla y la morcilla, la mayoría son de carne de cerdo.
Su elaboración requiere la implicación de varios factores, por ejemplo las tripas, que actúan de envases para una mayor conservación y aporte de sabor, pueden ser de distintos tipos: naturales y artificiales (colágeno, celulosa y plástico).
Las tripas naturales proceden de los intestinos de los animales raza ovina y caprina, vacuna, porcina e incluso equina. Este tipo de tripa tiene además capacidad endotérmica, es decir, mantiene el embutido a la temperatura más apropiada de conservación, obteniendo así un producto de calidad y confiable.
Se distribuye en diferentes calibres y dimensiones.